Es a tu beso que le hacía falta
Es a tu beso que le hacía falta,
al que le escribo,
al que es necesario enseñarle que vaya sin prisas,
pero pudiste ser otra,
y yo quise creer que eras una simple teoría.
Es a tu beso que le hacía falta,
todo, el apetito de un tiburón,
la fuerza de elección, como la de un pueblo.
Es a tu beso que le hacía falta,
para poder llevármelo en el café a diario.
Es a esa pobreza,
que de vez en cuando se anclaba en mis huesos.
Y esta vez quiero creer,
a tu bolsillo de papel, y de dinero,
que es por eso que tu beso de polvo,
no palpita, no bombea, no me inspira mi sangre.
Es a tu beso que le hacía falta,
elegir como lo hace el cisne,
admitir como lo hace el derrotado,
bajar siempre la guardia si es necesario.
al que le escribo,
al que es necesario enseñarle que vaya sin prisas,
pero pudiste ser otra,
y yo quise creer que eras una simple teoría.
Es a tu beso que le hacía falta,
todo, el apetito de un tiburón,
la fuerza de elección, como la de un pueblo.
Es a tu beso que le hacía falta,
para poder llevármelo en el café a diario.
Es a esa pobreza,
que de vez en cuando se anclaba en mis huesos.
Y esta vez quiero creer,
a tu bolsillo de papel, y de dinero,
que es por eso que tu beso de polvo,
no palpita, no bombea, no me inspira mi sangre.
Es a tu beso que le hacía falta,
elegir como lo hace el cisne,
admitir como lo hace el derrotado,
bajar siempre la guardia si es necesario.
Humberto Velasquez Jiménez
11/Febrero/2016
09:37 a.m.
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