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Mostrando entradas de 2019

Dime hoy

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Dime hoy que rumbo tomar, dime como ejercer poder, ante el trono de tus orgullos, y tus labios pegajosos. Dime hoy, no más mañanas, solo di una sola palabra, no disfrazada, maquillada, empolvada, haciendo exhumar, la paciencia que poco habita, y afloja desde mis ojos. Dime hoy que dos palabras existen, no de viejas, no de ligeras. Dime: un te amo a partir de ahora, después de una ruptura del día,  hacia el crujir de las nubes en mis entornos divididos. A partir de ahora dime, tan solo dos palabras, que no se ahogan en los ecos, ni se quemen junto al entusiasmo, de verlas apoderadas del propicio ambiente. A partir de ahora haz que tus dos, palabras se hagan manifiestas.

Tengo unas ganas

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Tengo unas ganas de ver una velada de amantes, que por un rio rueden los pétalos, y que la tarde no sea la misma, y la noche que cayó la haya reclamado, que el día se haya involucrado conmigo, así como yo lo hice con Dios de mañana. Tengo unas ganas, de seguir siendo torpe, que el estigma de niño no se vaya por los hijos. que la esposa haga sus rondas de inseguridad, y que los hijos se me escapen, me tire a los charcos y proclame obras de teatro con ellos. ¿Acaso vendrías? para cubrir estas ganas con demasía, para cubrir mí pecho de tu pelo el cerezo, y tu nariz atraviese el cielo como una secuoya. Tengo unas ganas, de ir, tu y yo, a cazar la seducción. a cazar con la especia del amor, de hacernos una alianza de piernas, y tengamos la osadía de caernos al abismo, con estos días de lluvia en noviembre. Humberto Velásquez Jiménez 08/11/2019

Alguna vez

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Estaba yo buscando de noche, descendiendo y casi ciego busque su espalda, suave en cualquier roca de años. Estaba yo, alguna vez entre el toque y tu beso que ablanda, y me unte de tus labios, de unos con importancia, esos que contagian a mis próximos, esos que contagian y surten al mundo, y nadie sino tú misma, fue a quien le quise dar mi sustancia, rebelarle todas aquellas profecías. ¿te parece bien que te amé? que adivine tus miedos que yo este cuando el sueño sea escaso? cuando los ojos se encuentren derribados? que sea prematura la mañana, y me participes la idea de un vaso con agua, y yo me sacuda con un té de tilo a la vez. ¿para esto he vivido? para que alguna vez me hayan dicho padre, es así como lo dice mi corazón amordazado, así lo dice ese subterráneo sentimiento, que exprime todas tus inteligencias que me alentaron amarte, aletear como lo hace el águila de tu gusto privado. Alguna vez te quise entera, aun

Cada vez que se me antoje

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A lo largo de inviernos y veranos, hoy me hago la pregunta, ¿Acaso existe unas pestañas más grandes que esas? ¿Acaso existe un parpadeo cabalgar que me distraiga, y que todos los días se me antoje? ¿ Y no es esto amor acaso? al fin y al cabo son tus muslos alados, es el blanco torrente de nubes, en tu cuerpo tendido. Que importa si mis pensamientos te sueñan, y un espasmo en mi pierna concibe, la noche victoriosa y a la vez derrotada. Me distraes te diría, con total entusiasmo y adorno, tus ojos que salpican, tus pestañas que se agitan, casi con total despilfarro, y me haces los nubarrones de inconsistencia a diario. Después de improvisarte, con mis asombros, te diría… encontremos   la salida sin tenernos, una que mantenga aterrada la mirada, cada vez que se me antoje. Humberto Velásquez Jiménez 02:35 p.m. 05/08/2019

A diario me doy cuenta

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No sé nada ti, y en todas estas noches, ¿quién habría imaginado? que yo estaría a punto de nacer, a punto de morir, y cuando estés donde los años se hayan ido, ¿soñarías para hacerme latir? ¿soñarías para abrazar los gestos en donde dormí? Por mi bien sueña, por mi bien mantén el sueño que transcurre, en la idea que encuentres mi paradero, si aún no lo hago conmigo. No sé nada de ti, y ahora que te sé al anonimato, sería la hora precisa, para morir por ambos, cantar un té soñé, custodiando la canción, de mis adversarios. A diario me doy cuenta, que me haces falta, y tu levantamiento, y la llegada al vecindario, me convence de ello, a la vez me conduces, a escarbar y aislarme, de la pausa de hule, a la que me he sometido. Dame algo que me salve, una tonalidad, tu sueño abierto, y esa carcajada que ronca, similar a la de tu hermana, A diario me doy cuenta, que nadie si no mi propia existencia, la pudo perde