Mi voz





Mi voz vuelve al mundo,
como el humo de fogatas concurridas,
como costumbre en los cielos de color gris,
mi voz interna de letras vírgenes,
mi voz inquieta que siente su grabar,
en los oyentes de una tierra sin sangre.

Aquella voz que toman los lectores como vino,
desde mis fauces tristes o aliento felices,
en la misma hora en que dejan de tocar el suelo,
y sus cuerpos se diluyen en almohadas.

Mi voz…
Aquella que rebota de ideas,
en palabras que digo a diario,
que no se traspapelan en sus mentes,
y existen en las edades de mi tierra.


Humberto Velásquez
25/Noviembre/2013
12:35 p.m.

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