Mi ayer
Mi ayer fue
el contacto de tus cejas genéticas,
el de tus
ojos cafés del copan,
donde encuentro
nubes blancas.
mi ayer fue
tu ejercicio de pizarra,
haciendo trapecista
mi corazón,
haciendo de
un rodaje de antigüedades,
en donde sobrevives
a mi desdén,
en donde quería
tu amor para toda la vida.
Mi ayer fue
tu llama siempre despierta,
fue los demás
para ti… no interesan,
ni siquiera
al punto de ingerir una palabra de otros,
y para mí, pude
beber el mundo,
pude beber condiciones,
estipular los
contratos,
y toda esa
naturaleza equivoca,
me lleva a
que no guarde mí ayer,
y tú llegues
a imantar mi despertar,
domesticar el
infeccioso orgullo,
porque tú
tienes lo que busco,
anécdotas que
espero,
aprendiendo mas
de ti que en mí mismo.
Mi ayer lo
fuiste, me serás el hoy y el de siempre.
Humberto Velasquez Jimenez
10:45 p.m.
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