En su Justo Lugar



¿Fueron sequias, oh fueron maximas,
todas mis lagunas tiempos de reloj,
que venian y volvian?.
Luego de una sabana calma.

Nada ha cambiado en mi rincon costeño.
Ni su silueta apagada.
Ni su sonrisa entonada que mi 
oido en discurso sigue rutinario.

En su justo lugar.
Incluso vuestro asiento frente al muelle con arrugas.
Estando bajo una misma sombrilla de cielo blanco,
y mejilla maditerranea de un jazmin descubierto.

No se deslizo.
Ni envejecio mi vista padecida de estrellas.
Ni solte el borde cicatrizado donde 
me sientas las tarde funebres, de hojas saltadas, de pechos en almeja. 
No solte nuestros dias llenos de gestos fertiles.

¿No se sí los dias seran ellos? 
¿Si los dias tendran los mismos rostros?
Pero debo ocuparte en tu minima ruptura.
Pero debo residir materializado diario en su dedo izquierdo.
su justo lugar.

Humberto Velasquez
26-Abril-2012
6:07 p.m.

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